jueves, 4 de octubre de 2012

La importancia de la Música en los más pequeños/as


Son muchos los investigadores que han coincido en plantear las ventajas que tiene la música en edades tempranas, mejor todavía antes de nacer.

1) A nivel afectivo, como equilibrador psicológico-emocional, relajante.

Así como el canto materno optimiza el estado de ánimo del niño, también puede contribuir al crecimiento y desarrollo del pequeño facilitando su alimentación, el sueño y el aprendizaje (Sandra Trehub)
Las características musicales de la interacción madre-niño surgieron porque ofrecían beneficios claros a las dos partes.
Sus argumentos se basan en la función del movimiento y el sonido musical como expresión capaz de transmitir estados emocionales y a la vez suscitarlos. Se consigue una concordancia entre las emociones vividas entre los padres y los hijos.
Según la psicología Dissanayake se controla el nivel de atención y respuesta del niño, se refuerzan sus estructuras neuronales del funcionamiento emocional, se amplía el desarrollo de sus capacidades cognitivas, y en último lugar se le presta apoyo para la adquisición de reglas culturalmente específicas de lenguaje y comportamiento social.
“La música incide directamente sobre las facultades humanas: puede ser a través de su recepción como en la audición, que al seguir el camino de la interiorización favorece el desarrollo y la respuesta de la sensibilidad, el amor, la belleza, la inteligencia y la imaginación. A partir de la actividad musical potenciamos asimismo la expresión, la creatividad y la memoria” (Edgard Willems)
“La relación interpersonal íntima que se produce en las canciones de cuna para calmar la inquietud del niño, le capacita para poder percibir las modulaciones de la voz y la carga emocional que encierra esta acción” (Lacarcel)
“El niño que posea una buena escucha será un niño con una correcta adquisición del lenguaje, con posibilidad de haber desarrollado una buena motricidad, un buen nivel de comunicación personal y por supuesto con la capacidad de apreciar la música, disfrutar con ella, y muy especialmente expresarse a través de ella”.
La enfermedad infantil tiene relación con el estado psico-emocional del niño. Es muy cierto que la enfermedad no pertenece solo al cuerpo. La angustia, la ansiedad acumulada en nuestra mente altera las funciones celulares muy especialmente las del sistema inmunológico” (Cori Lopez, pediatra y músico impulsadota del método Tomatis en Barcelona).

2) A nivel auditivo.

Potencia la audición, la memoria auditiva, la atención. Tiene un paralelismo con el lenguaje.
Según Trehub, Thorpe y Morrongiell, 1987, desde los seis meses de edad, se han realizado estudios sobre el conocimiento musical en los niños evaluando la habilidad que tienen para detectar cambios específicos en una melodía.
Así mediante tareas de condicionamiento se ha comprobado que los niños son capaces de discriminar pequeñas diferencias musicales durante la repetición de una misma melodía a distintas frecuencias o a distintos tiempos.
Según Trehub (2003) Los niños son capaces de reconocer las melodías a pesar de que se produzcan cambios en la frecuencia y con el tiempo musical; suelen responder de una forma más consistente a las melodías alteradas en tiempo antes que a las melodías alteradas en frecuencia.

Este hecho confirmaría la capacidad de discriminación de los niños puesto que suelen recordar las características más relevantes de la melodía original o de secuencia de tonos.
Estudios experimentales recientes han demostrado que desde las primeras etapas del desarrollo se empiezan a configurar respuestas a estímulos musicales (Fridman 1997).
Así pues se ha visto que desde los primeros años de la infancia los niños comienzan a mostrar una clara preferencia por la consonancia sobre la disonancia. (Trainor y Heinmiller, 1998)
Capacidades tan importantes como el agrupamiento perceptivo, la percepción de la frecuencia, del tiempo, y del timbre están lo suficientemente desarrolladas a edades tempranas (Trehub 2003)
Aún más los niños son capaces de reconocer una melodía incluso cuando se cambia la tonalidad, siempre que las relaciones entre las notas (los intervalos) y las duraciones relativas se mantengan ((Trehub y Thorpe, 1989, Trehub, Torpe y Morrongiello 1987).
Incluso los bebés de 7 meses ya son capaces de reconocer el ritmo y la estructura métrica de una canción o de los toques de un tambor. (Hannon y Trehub, 2005; Philips-Silver y Trainor, 2005)
Todos estos datos demuestran que los niños pueden analizar los diferentes y complejos componentes de la música y darles sentido de forma similar a como lo hacen con el lenguaje.

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