Todos los días en clase
surgen anécdotas y situaciones que son dignas de mención que me gusta compartir
con todos los que seguís el blog.
En una de las clases,
hicimos la actividad del director/a de música. Es una actividad dónde
trabajamos muchos aspectos, tanto conceptuales como actitudinales. Un/a alumn@
hace el papel del director/a mientras que el resto de los compañeros/as desempeñan
el rol de la orquesta. En esta actividad trabajamos vocabulario relacionado con
la música (atril, batuta, director/a de música, partituras, orquesta…) así como
reglas o principios básicos que han de estar presentes cuando jugamos a este
juego (lo que se extrapola a la vida real cuando llevamos a cabo actividades o
convivimos con un grupo de personas) que es al fin y al cabo uno de mis
objetivos en mis clases (enseñar música y enseñar a ser PERSONAS RESPONSABLES,
EDUCADAS Y COMPETENTES).
Pues bien, una vez
estábamos llevando a cabo dicha actividad, uno de los alumnos me dijo: “Profe,
yo he ido a ver un sitio donde tocan
todos juntos y están puestos juntos los instrumentos que son iguales”.
Yo le sonreí y le dije
que tenía toda la razón y que era una idea fantástica colocarnos por grupos de
instrumentos iguales, es decir, los niños/as que tocaban caja chinas juntos,
las maracas juntas, los tambores y cajas, los crótalos, los triángulos….
Mi querido alumno
pretendía decirme que “un sitio donde tocan todos juntos” es una ORQUESTA, y la frase: “qué están puestos juntos los
instrumentos que son iguales”, si la traducimos al ámbito de la música es que
los diferentes instrumentos de una orquesta (violines, violonchelos, flautas,
oboes, trompetas, tubas, la percusión…) se disponen por CUERDAS O SECCIONES.
Yo me planteo varias
cosas ante esta situación: una es que mi alumno disfruta del maravilloso mundo
de la música, que le atrae y por eso
fija su atención en ella. La segunda sería afirmar ¡¡¡¡¡¡QUÉ BONITO ES EL LENGUAJE!!!!!!!!
Gracias a él, nos podemos comunicar y compartir vivencias, entendernos y hacer
que a través de él podamos llegar a un consenso, llevando a cabo acciones y actividades
que las disfrutamos todos juntos. Y claro, esto si lo lleváramos o extrapoláramos
a nuestras vidas, a nuestra ciudad, a nuestra comunidad, a nuestro país, al
“día a día” que bien iría el mundo ¿no creéis?
La actividad se desarrolló con una bonita orquesta
dispuesta por diferentes secciones o cuerdas y con unos directores/as
estupendas y estupendos.
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